lunes, 6 de agosto de 2012

CIENCIA INCOMPRENSIBLE

A la par de celebrarse un aniversario más de nuestro país Bolivia, también se recuerda un año más de aquel ensayo tenebroso, efectuado por la humanidad sobre la misma humanidad, con la finalidad de la pura demostración de poderío del hombre, acá una breve reseña de lo sucedido hace 67 años y que posteriormente se irá complementando en futuras entregas a realizarse.

De los Hombres de ciencia a los del Ejército
Antes de iniciarse la unión de las diversas partes de la bomba Thomas F. Farrel firmo un recibo por el material vital, en su carácter de representante del General Grooves. Con aquel acto se hizo la transferencia formal del material insustituible de manos de los hombres de ciencia del ejército, que, por lo demás, fue el primero en producirlo en una de sus grandes fábricas.
Durante la etapa final del montaje preliminar se vivieron minutos de intensa ansiedad cuando la preparación de una parte importante de la bomba tuvo que sufrir demoras. El conjunto había sido hecho a máquina, de tal manera que las mediciones fueran lo más exactas que hoy se pueda lograr. Ahora bien; la inserción se hallaba realizada a medias, cuando aparentemente uno de los ajustes era demasiado grande y no era posible avanzar en la tarea. Equipos de especialistas formados por las figuras más prominentes de secciones especificas de las ciencias y todo los cuales contribuirían a constituir el conjunto, participaron en su correspondiente rama para el montaje.


Un Fogonazo Enceguecedor
En el momento prefijado se produjo un fogonazo enceguecedor que ilumino la totalidad de la zona con mayor brillo que la más intensa luz solar de mediodía. Una cadena de colinas que se extendía a cinco kilómetros del puesto de observación apareció en pleno relieve. Después siguió un estruendo espantoso y prolongado y se formo una presión tan formidable que derribo a dos hombres que se encontraban mas allá del centro de control. Inmediatamente después surgió una nube multicolor que ascendió bullente hasta una altura de más de 12.000 metros. Todas las nubes naturales que se hallaban en su camino desaparecieron instantáneamente. Poco tiempo después los vientos subestratosféricos fueron dispersando la masa ingente que a la sazón tenia tinte gris.
¡Había terminado la prueba y el proyecto era un triunfo! La torre de acero se vaporizó materialmente. En el lugar donde se erguía dicha torre aparecía ahora un enorme cráter de bordes ligeramente inclinados. Aturdidos, pero con honda sensación de alivio por el buen éxito de sus esfuerzos, los estudiosos avanzaron prontamente para comprobar la potencialidad de la nueva arma con que contaba la América del Norte.
De no haber sido una comarca desolada el lugar donde se efectúo el primer ensayo y por la cooperación de la prensa en dicha región, es seguro que la tentativa experimental habría motivado una atención de vastísimas proporciones. Ahora hay mucha gente que reside en la región y que discute el efecto de la explosión. Un detalle significativo, dado a conocer por los cronistas, fue el caso de una muchacha ciega residente en Alburquerque, a muchos kilómetros del lugar, que exclamó: ¿Qué fue eso?, cuando el fogonazo ilumino el cielo, antes que pudiera oírse el formidable retumbo. Lo primero que se produjo fue un fogonazo de brillo tan intenso que con nada podría ser comparado. Todos nos volvimos para mirar con anteojos ahumados aquella bola de fuego. Aproximadamente cuarenta segundos después llego la ola de choque seguida por el sonido; ni la una ni el otro nos parecieron sorprendentes después del inmenso asombro producido por la extraordinaria intensidad de la luz, se formo una nube inmensa que se elevo trazando volutas con fuerza formidable para alcanzar a la subestratósfera en alrededor de cinco minutos. Poco después de la explosión principal se registraron dos suplementarias de menor efecto y que solo fueron reconocidas por la iluminación que provocaron en la nube. Esta ascendió hasta gran altura, primero bajo la forma de una bola, luego extendiéndose como un hongo, transformándose después en una columna con el aspecto de una chimenea ingente, y, finalmente, se disperso en varias direcciones impelida por la acción de los vientos variables que rigen a diferentes alturas.


A las 2:45 de la madrugada del 6 de agosto, el avión B-29 llamado “Enola Gay” despego de Tinian. La bomba fue montada encima del avión para evitar un accidente nuclear al despegar. Acompañando al Enola Gay iba un avión fotográfico y otro instrumental. . A las 08:15 del 6 de agosto de 1945, el Enola Gay lanzó sobre Hiroshima a “little boy”, nombre en clave de la bomba de uranio.
La bomba atómica fue preparada para detonar a 560 metros de altura sobre la ciudad. En pocos minutos, una columna de humo y fuego, de color gris-morado, surgió en la tierra, a una temperatura aproximada de 4000º C, lo que calcinó a miles de personas en el centro de Hiroshima.


Todos los edificios en el radio de 13km cuadrados desde el centro de la explosión quedaron totalmente destruidos. Unas 78.000 personas, y quizás muchas miles más, murieron o fueron gravemente heridas en Hiroshima. Tokio, a unos 700 kilómetros de distancia, perdió todo contacto con Hiroshima. El gobierno japonés envió una misión de reconocimiento para informar sobre lo que había pasado, pero de Hiroshima sólo quedaba una enorme cicatriz en la tierra, rodeada de fuego y humo.
Como curiosidad accidental a las pruebas efectuadas a la bomba atómica, también se puede citar, el episodio suscitado a un equipo de filmación de una película de esa época, en cuyo reparto se encontraba el padre del reconocido actor Pedro Armendáriz Jr.